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Rafael Pérez Evans

(España, 1983)

RESIDENCIA DE INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA - FELIPAMANUELA
Junio 2018

Artista vive y trabaja en Londres y Barcelona. Recibió un BFA de la Universidad de Goldsmiths. Sus últimas exposiciones incluyen ‘Pavo Realengo’ Nogueras Blanchard Gallery, ‘Pararrayos’ Abierto Theredoom (Madrid), ‘Luz Negra’ Despina (Rio de Janeiro), ‘The Curse’ Queens (Marrakech) y ‘Caldo de Cana’ Red S. (São Paulo). Recientemente ha sido nominado al premio Miquel Casablancas, Art Nou Prize 2017 & 2018 (Barcelona) y A Secas Museo C.A.A.C (Sevilla). Ha participado en residencias como Matadero (Madrid), Hangar (Barcelona), Red Studios (São Paulo) y Sassafrass (USA). Su eje de interés incluye las pedagogías expandidas y cómo se crean y se diseminan las plataformas de intercambio de conocimiento. Fue fundador de Alto Residency (Brasil), co-fundador del Art Lab Romita 26 (Mexico City) y es parte de Gazua Project (Rio de Janeiro). Ha sido profesor invitado en la University of Rochester (UK), Nottingham Trent University (UK) y actualmente profesor asociado en el London College of Fashion (UK). Su práctica se asocia con storylines, nuevas historiografías y la escultura participativa, donde testimonios, elementos de artesanía, performance y participación se entrelazan proporcionando un momento de encuentro e intensidad entre el espectador y los marcos históricos que re-articula. En el Ranchito de Matadero, presenta L'Doune, una instalación que invita a exorcizar la mirada. Abriendo el territorio delimitado por la lente y su estrecha relación con la taxonomía colonial, el etnógrafo y algunas de sus tecnologías se desvelan y se colocan a la par con prácticas shawafa (brujería marroquí). L'Doune es una técnica de adivinación empleada por las shawafas marroquíes donde pedazos de plomo son fundidos y lanzados en el agua creando documentos abstractos que hablan de la historia de un paciente. Estos retratos contienen numerosos conflictos, secretos y resoluciones de aquellos que buscan la ayuda de las Brujas. Las piezas de plomo son legibles sólo para las shawafas marroquíes, haciéndolas inaccesibles para el hambriento ojo etno-occidental. El artista toma prestada esta técnica y crea una serie de plomo-retratos que se colocan sobre un espejo que ha rayado a modo de rejilla metrológica, instrumento utilizado por Eadweard Muybridge en su empresa fotográfica y que forma parte de muchas de las tecnologías coloniales occidentales de racialización. La rejilla nos llama a diseccionar el objeto colocado sobre ella, proceso imposible esta vez sin una shawafa marroquí que actúe como mediadora, haciendo que el dolor de los otros se vuelve difícil de canibalizar. La pieza invita a los espectadores a ver su imagen reflejada y atrapada en la rejilla del espejo, convirtiéndoles temporalmente en agentes visibles de una red histórica de otredad.